Siguiendo los ríos
Navega por los ríos que marcaron la historia del vino
Antes de la irrupción del ferrocarril en el siglo XIX, se utilizaban diferentes rutas para llegar hasta los mercados y las mesas de los amantes del vino. Los ríos, auténticas autopistas naturales, eran el medio más seguro y rápido para transportar el vino. Gracias a estas vías navegables, las grandes regiones vitícolas pudieron prosperar, vender sus vinos, hacerse un nombre en toda Europa y llegar a puertos que les abrieron las puertas de los mercados de todo el mundo.
En este módulo de la Exposición Permanente, viaja a través del tiempo con 5 cuadros animados que reproducen mapas e imágenes antiguas de los grandes ríos por los que, durante siglos, se transportó vino y en torno a los que se han desarrollado las grandes regiones vitivinícolas. Cada cuadro presenta un periodo importante de la historia de cada río.
Descubre los ríos y sus regiones vitivinícolas correspondientes:
- Sigue el curso del antiguo Ródano, importante ruta comercial de la Galia romana, por la que se transportaban vinos que procedían de todo el Imperio Romano.
- Retrocede en el tiempo hasta la Edad Media y navega por los ríos Garona y Dordoña, arterias vitales para los viñedos del suroeste de Francia, territorio que entonces pertenecía a la corona inglesa. Desde el puerto de Burdeos, sus vinos llegaban al norte de Europa.
- A lo largo del Rin, el río más romántico loado por artistas y poetas, descubre los viñedos que atraviesa, desde Suiza hasta Alemania, y el intenso tráfico del puerto de Colonia a finales de la Edad Media.
- Remonta el Sena hasta la época en que abastecía a París y conoce a sus barqueros y vendedores de vino.
- Navega por el Loira, cuyos afluentes recorren mil kilómetros de regiones vitícolas, y observa cómo la humanidad ha sabido acondicionarlo a lo largo de los siglos, construyendo una inmensa red de canales para para unirlo a otros grandes ríos.
- Desde su nacimiento en España hasta su desembocadura en el puerto de Oporto, déjate cautivar por los abruptos paisajes de las laderas del Duero y descubre cómo el río permitió que los vinos nacidos en sus orillas llegaran hasta las grandes bodegas de Oporto, para su crianza y transformación, dando lugar a los vinos que hoy conocemos.
Este viaje al pasado te mostrará cómo el transporte fluvial no sólo configuró el comercio del vino, sino que además permitió el desarrollo de las principales regiones vitivinícolas.
Reserva tu visita a la Exposición Permanente y acompáñanos en esta aventura, dejándote llevar por las aguas históricas que siguen inspirando el mundo del vino.
Realizado gracias al mecenazgo de
© Casson Mann, Clap 35